Desde la Red de Humedales Biobío, valoraron el nuevo reglamento que permite proteger, declarar y conservar los humedales que se encuentran en las zonas urbanas, pero hacen hincapié en que aún hay temas pendientes.
Por Christopher Cortez
“Es el funcionamiento de la ley de humedales urbanos“, explica a RESUMEN Evelyn Soto, vocera de la Red de Humedales Biobío, respecto al escrito que fue aprobado el pasado 30 de julio y se publicó finalmente este 24 de noviembre en el Diario Oficial.
Esto, porque a través de la organización ciudadana, a nivel nacional, se consiguió trabajar medidas que vayan en apoyo a la protección de estos ecosistemas, por lo que Soto declara que esperaban mucho esta publicación, “porque sin este reglamento la Ley no servía de nada“.
Y es que el documento va en función de modificar cuerpos legales de la Ley 21.202, la que “tiene por objetivo proteger los humedales urbanos declarados como tal por el Ministerio de Medio Ambiente, sea por su propia iniciativa o a petición del municipio respectivo, en atención a la gran importancia que tienen para el medio ambiente“. Por lo tanto, este nuevo anuncio fijará criterios mínimos para su sustentabilidad y mantenimiento a través de, por ejemplo, otorgar a los municipios “herramientas para proteger y conservar a estos ecosistemas, a través de lineamientos para establecer ordenanzas de protección de humedales, además de ser considerados en la Planificación Territorial a toda escala como área de protección de valor natural“, según aseguró la propia ministra de la cartera, Carolina Schmidt, cuando este fue aprobado.
“Es un gran avance, pero aún solo se consideran los humedales urbanos“, expresa la vocera del Biobío en referencia a aquellos sitios que no se encuentran dentro de los límites comunales o metropolitanos y “quedan sin protección“, es decir, están expuestos también a construcciones incompatibles con el ecosistema allí reinante.
De aquí en más, la acción de grupos sociales ambientalistas continuará siendo importante, debido a que educan, concientizan y difunden problemáticas que, en el caso de la región, no dejan de estar presentes en numerosos casos. “Podemos destacar los conflictos más recientes como la Laguna Señoraza de Laja, que estaba en riesgo por la construcción de un parque alrededor. Se suman el humedal Colcura en Lota y, en el área metropolitana de Concepción, tenemos el Rocuant – Andalién, el Vasco da Gama, el Paicaví y Los Batros de San Pedro“, cuyo caso está en tribunales por conflictos de interés en la construcción de un puente para el sector.
Respecto al nuevo reglamento mencionado, sostiene que ahora “la responsabilidad cae en la ciudadanía y municipios, porque ellos deben proponer los humedales urbanos a la Seremi del Medio Ambiente de la región correspondiente. Es un trabajo entre todas estas partes“, cierra Evelyn Soto.